La
conexión material/espiritual
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari
El Profeta (la paz sea con él) dijo, “Cuando una persona comete un
pecado una mancha negra aparece en su corazón.
Si él o ella se arrepiente y pide perdón, eso pulirá el corazón pero si
repite el pecado, la mancha crecerá hasta que cubre todo el corazón”.
Generalmente expresiones como
la de arriba tanto de los hadices como en el Corán son están consideradas como
metafóricas o simbólicas. Pero, aunque
el Corán contiene mucho simbolismo, lo que dijo el Profeta, esto de las machas
es pura ciencia. Es un ejemplo de porque
es tan difícil entender mucho en el Corán y los hadices y hay tantos
malentendidos, la manera de hablar y los significados de las palabras de hace
1400 o más años es diferentes de hoy.
Para la gente con quien el Profeta hablaba entendieron lo que dijo como
realidades tangibles e información crítica a su desarrollo espiritual, su
futuro tanto en la tierra como en la siguiente etapa de su vida eterna.
El corazón a que se refiere es
al corazón del cuerpo energético, el cuerpo con que vamos a continuar nuestro
viaje después de la muerte terrenal, cuando nos deshagamos de este cuerpo denso
como cuando una serpiente cambia de piel.
Este cuerpo energético es parte del alma y también muy relacionado con
el cuerpo físico. Los pensamientos,
emociones y acciones afectan los dos cuerpos, lo que pensamos y sentimos hace
cambios positivos y/o negativos en el cuerpo físico que afecta nuestra vida
ahora y también lo que pensamos, sentimos y hacemos produce cambios en el cuerpo
energético que tiene consecuencias importantes en nuestra vida más adelante.
Un “pecado” es un error que
cometemos que obstaculiza nuestro progreso espiritual, es una intensión o acto
en contra de las leyes universales que no encaja con lo que es la realidad, en
contra de la armonía entre nosotros y Dios o la Energía Suprema. Estos actos, pensamientos o emociones forman
bloqueos en los cuerpos físicos y energéticos que no permiten pasar energía
divina, energía vital, que es necesario para la salud física y el crecimiento
del cuerpo energético y alma. Deja de
pensar que un pecado es algo contra Dios como si Él fuera un anciano sentado en
una nube castigando uno y otro por sus “pecados”, pensar así encoge tu cerebro
y habilidad de ver y entender la realidad de este mundo y más allá. Un pecado es igual que tratar de romper las
leyes de la física, si te lanzas de un edificio de tres pisos sabes lo que va a
pasar, si actúas contra las leyes morales las consecuencias son iguales,
ciertas y automáticas. Dios no castiga a
nadie, nos castigamos nosotros mismos.
Los errores pequeños tienen
efectos cumulativos como dijo el Profeta (s.a.w.s), una mancha más otra más
otra y así sucesivamente hasta que todo el corazón está enterrado y la guía
divina no puede llegar a nuestra consciencia y el crecimiento del alma se
estanca. Como resultado llegaremos al
Más Allá, a la siguiente etapa de nuestra vida, deformados y quién sabe cuál
será el futuro.
Según los compañeros del
Profeta, el Profeta no arroja sombra, no tenía sombra. ¿Cómo es que el Profeta no tenía sombra, que
en el sol su cuerpo no produjera sombra en el suelo o en ningún lugar? Es porque el Profeta no tenía ego, su nafs
estaba totalmente purificado. Es un
ejemplo además del estado espiritual del Profeta (la paz sea con él) eso
muestra la conexión íntima entre lo físico o material y lo espiritual. Cada pensamiento, emoción y acción está
conectado a nuestra totalidad, nuestra vida terrenal y nuestro futuro
espiritual.
Los errores no son sólo los
“pecados” morales sino también todo lo que incumbe al ego, nuestra imagen de
ser (la fantasía de quiénes somos), nuestras palabras y pensamientos negativos
y más. Todos dejan huellas tanto en el
cuerpo físico como en el cuerpo energético.
Los errores de este tipo causan confusión energética en el cuerpo lo que
conduce a enfermedades y espiritualmente tapan el fluido de energía divina.
La Tariqa
Sufí Islámica Qadiri-Rifai Ansariyya
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