Intención #6
por
Sheij Mohammad Abdullah Ansari
La naturaleza, o sea, el
universo, siempre mantiene un estado de balance, de equilibrio. La ciencia lo llama simetría dinámica. Siempre cuando algo se encuentra fuera de equilibrio,
una serie de acciones se provocan para equilibrar las cosas. Hay cambios pero el desorden siempre regresa
a un estado de orden. En la jerga
popular se dice que el agua siempre encuentra su nivel. Siempre existe también el caos o así se
refiere la ciencia a un estado aleatorio en que no se puede predecir el curso
de eventos con precisión. Dentro del
esquema de la simetría dinámica encontramos paquetes de desorden o caos. Los paquetes de caos se mueven dentro del
sistema ordenado. Es más o menos como en
la matemática, la teoría de conjuntos – dentro de un conjunto universal puede haber
conjuntos que encajan perfectamente en el sistema universal mientras que dentro
de ellos hay caos. Aún así, con el
tiempo, los paquetes de desorden van a experimentar ajustes, sus días están contados,
cambian o se destruyen.
En el universo todo sigue las
reglas. Las leyes de la física son nada
más parte de un sistema más extensivo de leyes universales. El Corán dice que todo en el universo hace
culto a Allah (Dios). Eso significa que
todo sigue las leyes del Cosmos. Lo
única excepción es el ser humano que tiene la opción de desobedecer (libre
albedrío). Pero al fin y al cabo, él
también cae – o cambia o se destruye.
Los escritos sagrados hablan en demasía y gráficamente del Infierno que
espera a los “pecadores”. El hombre de
hoy en día no quiere pensar en la muerte y mucho menos en Infierno. Escogemos pensar que son descripciones
puramente metafóricas. Pero después de
la muerte de este cuerpo físico la vida sigue y también las leyes universales.
Somos paquetes de desorden en un
universo ordenado. A final de cuentas
todo se ajusta y se pone en armonía – tarde o temprano. No hay escapatoria en este sistema. Lo que no está dicho directamente arriba es
que es el desorden o desequilibrio mismo que provoca el proceso de alineación. El universo es el resultado de la existencia
de dos fuerzas opuestas interactuando para crear energía y movimiento. Ni una ni otra pueden existir sin la
otra. Estás fuerzas, aunque opuestas,
pueden producir en sí, armonía. Su
creación original produjo la vibración creadora, el sonido (el Verbo) y la Luz de que todo lo demás
brotó. Cuando estas fuerzas están en
armonía se producen la paz y la evolución espiritual. Cuando no están en armonía resulta el caos.
La evolución es un elemento
primordial en este universo – todo nace y empieza a evolucionar. Nuestra alma es parte de este proceso y sigue
el patrón de todo lo demás. Después de
un viaje a través de otros estados y mundos llegamos aquí a este mundo de materia
densa con una cobertura densa, el cuerpo físico. Es el mundo de movimiento y acción. También es el mundo de desorden y
pruebas. Aquí es donde el ser humano
puede dar grandes pasos en su evolución.
Una cosa que pocos van a hacer. A
diferencia de todos los otros mundos en que estábamos y donde vamos a estar,
aquí escogemos nuestro destino, también es el mundo del libre albedrío. El llamado Infierno son nada más las leyes
del universo haciendo su trabajo de purificación y procedimientos a los que no hacen
el trabajo por sí mismo en este mundo material.
Si no logramos armonizarnos con la Realidad , el Universo o Cosmos, o sea, la
unificación con Dios, en esta vida, no encajaremos allá en la siguiente etapa
de nuestra vida y algo tiene que pasar.
Este es un mundo de desorden y
caos, un mundo en que el lado negativo domina.
Esta agitación y fricción provoca inestabilidad y cambios continuos
mientras las fuerzas de la naturaleza y las leyes universales hacen ajustes
para corregir los errores del hombre y de igual manera, los deseos y acciones
del hombre siempre están trabajando una contra la otra provocando un estado
volátil. En este ambiente la mayoría de
la gente está perdida, atraída y devorada por los encantos ilusorios del mundo
material. Unos pocos son llamados. Por una variedad de razones algunos no están
satisfechos con esta situación, el mundo los confunde y quieren
respuestas. Algunos de ellos o tal vez
la mayoría, han experimentado una tragedia o grandes dificultades en su vida las
cuales, como es mencionado arriba, provocan cambios para rectificar las
cosas. Por eso decimos, alhamdulillah,
alabado sea Dios, las dificultades son bendiciones de Dios. De todos modos, para los insatisfechos de
este mundo como la meta, es un camino duro.
Este mundo es como un molino donde se separa la cáscara de la
semilla. Los que aguantan a pesar la
severidad del proceso, pueden esperar alivio y una recompensa inestimable.
Para el resto de la gente, las
fuerzas caóticas los controlan, están atrapados en un remolino violento y son
jalados acá y allá. Los que están en
proceso de despertar buscan la paz y la armonía y esa es nuestra misión o
propósito en la vida – alinearnos con las leyes del cosmos, con Dios.
Este mundo material es el campo
de entrenamiento preparándonos para las tareas de la siguiente etapa de nuestra
existencia. El alma llega aquí
incompleta y está equipada con un cuerpo especialmente diseñado para el trabajo
de crecimiento. Tenemos la posibilidad
de llegar a ser el insan-al-kamil, el ser perfeccionado. Como todo aquí, es una elección que podemos
tomar o rechazar. Aquí también el cuerpo
energético desarrolla para ser nuestra morada después de que el cuerpo físico
muere. El crecimiento del cuerpo
energético es obstaculizado por la presencia del ego y su personalidad falsa
que, no obstante su naturaleza irreal, ocupa espacio en esta dimensión. El desarrollo del cuerpo energético es
imprescindible para nuestro progreso espiritual y avanza en la vida eterna.
El nafs es el ser bajo, una herramienta
necesaria para maniobrar en este mundo.
Como hemos hablado mucho, el nafs produjo un ego que definimos como una
personalidad falsa, un ser o entidad imaginaria basada en los miedos y
fantasías de la persona. El nafs o su
ego, domina a la persona normal y el mundo en general. La única manera de liberarse de él es
primero, cobrar consciencia de su presencia.
Eso se hace con la ayuda de un maestro, la auto-observación y prácticas
como la meditación. De igual manera, uno
puede cobrar consciencia del corazón, la mente real y el cuerpo energético. La presencia del corazón (el corazón
espiritual no el órgano) y la mente real, se logra, sentir y experimentar con el
desempeño de la observación del nafs y a uno mismo en general, la dominación
del ego y una decisión consciente, o sea, la intensión – una combinación de
deseo y fuerza de voluntad. La presencia
del cuerpo energético es experimentada igualmente por decisión y a través de
ejercicios como movimiento sagrado o meditación en movimiento.
Todo esto y más está pasando en
cada momento de nuestra vida. Los
científicos dicen que el 95% del universo es invisible. Ellos están hablando de lo que ellos llaman
materia oscura que es, como suena, materia que no podemos ver. Eso no es nada, hay aún más que no vemos con
los ojos normales, una realidad no material, o más bien, una sustancia cada vez
más fina que subyace todo lo que vemos y vivimos. Consciencia de lo no visible y armonía entre
eso y lo visible es lo que necesitamos para desarrollarnos espiritualmente.
La Tariqa Sufí Ansariyya
sufiansari.com