El
camino de acción, parte 1
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari
Resulta curioso pero, a pesar de todas las lecciones de los libros
sagrados, y de las palabras y enseñanzas de todos los profetas y maestros, gurús y santos, de todos modos la gente
malinterpreta lo que dicen.
Varios musulmanes
“fundamentalistas” han discutido conmigo
acerca del libre albedrío y la fuerza de voluntad, pues dicen que todo está
escrito y que no podemos escoger nada, y según ellos lo afirma el Corán. Y yo he dicho que el escoger y tomar decisiones, el libre albedrío, es la
clave principal tanto del Islam como de todas las religiones y sendas
espirituales que existen y han existido.
No voy a citar ejemplos del
Corán sobre el libre albedrío, pues ya lo he hecho en otro escrito (“El decreto
de Dios y el libre albedrío”, pídemelo si quieres), aquí vamos a tratar el tema
desde otro ángulo. Veremos las enseñanzas como “metodologías”. Tal vez la
palabra “metodología” no se usa habitualmente en este sentido, pero me parece
apropiada para indicar que las enseñanzas de los libros sagrados y de los profetas
y maestros son métodos.
Para las personas que no creen
que nuestro destino está en nuestras manos tengo unas preguntas: ¿por qué
existen los libros sagrados, la Biblia, el Corán y los otros, es decir las
palabras de Dios? ¿Por qué los profetas nos
urgieron hacer y no hacer ciertas cosas?
Si todo está escrito y no hay posibilidad de cambiar nada, si no podemos
decidir nuestro destino ¿por qué nos han explicado cómo podemos hacerlo? Bueno, debería ser obvio que, en realidad,
tenemos mucho que ver con lo que nos pasa, con nuestro futuro y nuestra vida
espiritual. Si no pudiéramos decidir, si
no pudiéramos escoger entre lo correcto y lo incorrecto, no tendríamos culpa de
nada ni tampoco mereceríamos una recompensa. Así, olvídate del karma.
Las enseñanzas de Cristo y de
Muhammad (la paz sea con ellos) son, en realidad, métodos para lograr la
“iluminación”, la “realización”, el “nirvana”, la Unidad con Dios. Todas ellas
son expresiones que aluden a la razón por la cual estamos aquí en la tierra, y
que consiste en aprender cómo sintonizarnos con la frecuencia divina. Si
pudiéramos hacer lo que ellos nos explicaron, lograríamos inmediatamente la
meta, conocer a Dios y lograr la iluminación.
Sus palabras eran (son) el método.
Todas las prácticas espirituales,
el dhikr (mantra), la meditación, etc. sólo existen para ayudarnos en esa
tarea, la de limpiarnos de la negatividad que nos separa de nuestro ser real,
nuestra realidad divina, a través de la muerte del ego. Esas prácticas son sumamente importantes pero
son de carácter lento, gradual. Nuestro
progreso depende de la acción de nuestra parte.
¿Para qué he puesto tanto énfasis en la auto-observación? Tenemos que hacer los cambios personalmente,
no esperar milagros. “El amor es el
camino más rápido para llegar a Dios”, sólo saber y creer eso no va a llevarnos
a Dios, tenemos que hacerlo. ¿Juzgar y
criticar mentalmente a otras personas
proviene del amor? No pero, si observas
que tu cerebro está pensando incorrectamente y corriges el cerebro y dejas de
pensar así, transformarás la energía negativa en energía positiva. Si piensas de forma egoísta, reconoces lo que
estás haciendo y cambias la emoción, es como si usaras un trapo para quitar
mugre que obstaculiza la conexión con el corazón espiritual y así hace la conexión con Dios más
fuerte. Ese es el propósito de
observarse a uno mismo – ver y corregir.
Tenemos que trabajar en ser buenas personas, trabajar duro y reconocer
cómo el nafs/ego está controlándonos y dirigiéndonos por el mal camino. Cada
corrección, cada acción que hacemos en contra del ego produce energía divina, y
la podremos sentir si estamos despiertos.
Combatir lo malo en nosotros genera lo bueno (la fricción producida por
la lucha contra el mal tiene un efecto transformador). Además del trabajo interno también está el
trabajo externo importante, como
trabajar para ayudar al prójimo, la caridad, ya sea de forma material o
brindando nuestro tiempo, o aún mediante una sonrisa y un aporte de buen humor.
Esas son las prácticas espirituales más efectivas que existen, allí está el
amor, la frecuencia divina. El Sufismo
es un camino de acción. Continuaremos,
inshallah.
La Tariqa
Sufí Islámica Qadiri-Rifai Ansariyya