Ejercicio físico y la
espiritualidad #1
Por Maestro Mohammad
Abdullah Ansari
En todas las sendas espirituales y religiosas, desde
los principios de los tiempos, el movimiento corporal ha sido parte de sus
ritos y rituales tanto en la religión formal como en las ramas místicas o
esotéricas. La oración ritual, el salat
del Islam es muy físico, casi una forma de Hatha Yoga y aunque no es muy
conocido, una oración muy semejante la hacen los cristianos coptos de Egipto y
Etiopia que siguen la más antigua forma de cristianismo, el de Cristo, así como
los judíos ortodoxos que oran tres veces por día inclinando el cuerpo y postrándose
en el piso casi igual que los musulmanes.
Originalmente la danza de los indígenas de todos los países eran, en
realidad, una forma de meditación en movimiento y no era, de ninguna manera,
entretenimiento, eran para los participantes y no para los espectadores.
Bodhidharma (440–528 C.E) era un monje budista de la India. Bodhidharma (Ta Mo en Chino) fue a China para
enseñar el Budismo. Encontró a los
monjes en tan mala condición física que no pudieron aguantar el rigor de la
meditación y las prácticas espirituales.
Para ponerlos en buena condición Bodhidharma les enseñó ejercicios de
movimiento consciente que, con el tiempo, se desarrollaron en formas de Taichí
y ejercicios similares de Qigong (Chigong).
El Taoísmo ya había existido en China con ejercicios internos de
movimientos lentos que conocemos ahora como Chigong. No es muy claro el origen exacto de esos
ejercicios mente/cuerpo, unos cuantos vienen del Taoísmo y otros de Bodhidharma
y de la India pero el punto es que los ejercicios físicos han sido siempre conectados
con sendas espirituales.
La historia de Bodhidharma también nos señala la
importancia de la salud física para las personas con enfoque espiritual. Cuando estamos enfermos es difícil desempeñar
el trabajo exigido para lograr la conexión con la Fuerza Divina. Enfermos es difícil pensar en más que el
cuerpo y dolor. El camino espiritual
requiere un cuerpo sano y fuerte. El
Buda así como muchos otros sabios probaron el camino del ascetismo, la
austeridad y autocastigo y lo rechazaron.
Los ejercicios del estilo chino e indio tienen un
aspecto muy importante que los distingue de ejercicios ordinarios – combinan el
movimiento físico con la atención mental así como también el aire y la
respiración.
La palabra yoga es sánscrita y técnicamente se refiere
a Hatha Yoga de la India. Sin embargo la
palabra es usada por muchas otras formas de ejercicios semejantes por todo el
mundo por ser tan apropiada para indicar esa forma de ejercicio mente/cuerpo. El Chigong de China es el método de hacerse
consciente de la energía vital, el chi (o prana en sánscrito) y conscientemente
moverla para lograr un estado de integridad tanto física como mental y
espiritual. Es, en realidad, una forma
de meditación en movimiento (aunque hay ejercicios de Chigong en que el cuerpo
se queda casi inmóvil – pero aun en ellos hay mucho movimiento interno así como
trabajo mental).
Los ejercicios mente/cuerpo, hechos correctamente, tienen
un aspecto o enfoque no tan diferente de unas formas de meditación budista de
atención plena que conducen a una consciencia más amplia de uno mismo y la
existencia.
Casi todas las formas de meditación tanto estática
como en movimiento incluyen, de una forma u otra, la respiración. El aire y la respiración juegan un rol primordial
en la forma de ejercicio que vamos a tratar a continuación. El aire es el portador de chi, la energía
vital. Aunque el cuerpo está lleno de
chi, debido a muchos factores, está bloqueado y no fluye bien lo que conduce a
problemas físicos y enfermedades. Tanto
el cuerpo físico como nuestro estado emocional y espiritual dependen del buen
fluido de la energía vital. Factores
internos como el ADN, los genes, como factores externos, ambientales e
influencias culturales y sociales, están trabajando en nuestra contra. La buena salud en su aspecto más amplia
requiere nuestra participación. Continuaremos.
Yoga Sufí
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