Cada
quien en su propio mundo
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari
El Hombre es por
naturaleza conflictivo dijo el Profeta Muhammed (el paz sea con él). No es que así es como debe de ser. Para nada.
Dios dice en el sagrado Corán, “Mi misericordia es más que mi ira.” Para los que quieren acercarse a Dios,
recibir Su gracia, sus bendición, es que quieren complacerlo sólo a Él, el
Todopoderoso, saben que el método más seguro y más sencillo para lograr esa
meta es él de tratar imitarlo a Él, Dios (Allah el Altísimo). Él comprende y siempre perdona a los sinceros,
Él tolera nuestras fallas, nuestros errores y caprichos. Él nos ama incondicionalmente. Debemos tener la intención de hacer lo mismo
con nuestro prójimo. Debemos tratar de
seguir el ejemplo del Todopoderoso y Sus profetas quienes lograron ser como
Dios en su comportamiento. La compasión
de los Profetas Muhammed (quien dijo “El que come mientras su vecino tiene
hambre no es un creyente”) y de Jesús (quien dijo “Ama a tu prójimo como a ti
mismo”) (que la paz y bendiciones de Dios sean con ellos) fueron súper
humanos. Debemos, cuando menos, querer
ser como ellos.
El gran místico
judío Moisés Cordovero (considerado uno de los cabalistas más importantes,
vivía en la área Safed de Galilea en el siglo 16) dijo, “Es apropiado que el
hombre imite a su Creador...” La celestial imagen de Dios quiere decir Su
patrón de atributos divinos que se ha instalado en el hombre (“Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” Génesis 1:26) los cuales
uno debe de encontrar y realizar en la forma de acciones o buenas obras
semejantes a Dios.
Jehová pasó
frente a Moisés y proclamó: -¡Jehová, Jehová, Dios compasivo y clemente, lento
para la ira y grande en misericordia y verdad, que conserva su misericordia por
mil generaciones, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que
de ninguna manera dará por inocente al culpable... (Exodo 34:6,7)
“’Quien me
sigue no anda en tinieblas, dice el Señor.’
Estás palabras son de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos
su vida y costumbres, si queremos ser verdaderamente iluminados y libres de
toda ceguedad del corazón.” (Imitación de Cristo por Tomas de Kempis capítulo
1)
Ahora bien,
ser súper humano está más allá del alcance de la mayoría de nosotros. Por eso quiero explicar una
manera más fácil de acercarnos a esa meta.
También es un método para sobrevivir en un mundo que parece inhumano,
injusto, violento y rudo. Cada día nos
encontramos entre gentes desagradables, neuróticas, deshonestas y peor. Hay disputas familiares, en el trabajo, en la
escuela, mientras jugamos, en todas partes y en todos tiempos. ¿Cómo podemos evitar el enojo, el miedo, la
depresión? ¿Cómo podemos mantener una
actitud positiva en un ambiente tan negativo?
Dicen que cada
quien viven en su propio mundo. Muchos
de los refranes también tienen algo de verdad.
En realidad mucho de verdad. Como
hemos hablado anteriormente, la gente no ve necesariamente lo que hay, sino lo
que quiere ver o lo que su historia personal - sus experiencias - han
acondicionado. Un ejemplo es de los
testigos de cualquier acontecimiento – serán tantas versiones como habrá
gente. Todas ven un acontecimiento a su
manera y, realmente creen que lo que vieron era la verdad - lo que realmente
pasó. Ese hecho o condición humana se
puede ver en casi todas las situaciones en la vida. Aunque sólo hay una realidad, la realidad de
Dios, por nuestro estado de alejamiento de Dios vemos todo de forma
distorsionada.
Como he dicho,
para ver quién eres empieza por ver quien no eres. De igual manera, para entenderte a ti mismo
mejor, mira a otros. Pero no con tus
propios ojos sino a través de los ojos de ellos.
Cada persona
vive como en una caja que es su mundo particular. En esta caja tiene todas sus experiencias las
cuales crean su punto de vista (su visión o percepción física está moldeada por
las experiencias), sus motivos (son manejados por su percepción de lo
que es su propio interés) y sus objetivos (lo que quiere lograr como resultado
de los motivos). Es decir, puro (casi
puro) egocentrismo. Es rara la persona
que le interesa el bien de otros (pero si la encuentras hazla tu amiga. Con los demás entiéndelos sin juzgarlos.)
Para entender y
no juzgar hay que vaciarse. Parte de
nuestro desarrollo espiritual es dominarnos a nosotros mismos (esto quiere
decir, sobre nuestro ser bajo (nafs)).
¿Cómo podemos
amar a nuestros enemigos – los que hacen actos odiosos, que nos han lastimado,
que hacen la vida difícil? Primero
necesitamos entender y recordar que el Todopoderoso es también el Todo
Sabio. Él sabe bien lo que ha creado y
“es bueno”. Todo que pasa en este mundo
tiene su razón y lugar. Hasta lo malo
tiene su razón y su lugar. ¿Debemos
odiar una de Sus creaciones?
¿Contemplamos dañar algo de Dios?
Odiar algo de Dios es cómo odiar a Dios.
Dañar algo de Dios es como hacer daño a Dios. No sabemos toda la historia. No sabemos los porques. Tampoco podemos decir que somos totalmente
inocentes. ¿Qué parte jugamos en el
asunto? ¿Debemos preguntarnos? ¿Estamos un poco culpables y él es muy
culpable? ¿El merece nuestro odio y castigo por ser más culpable? ¿Y nosotros?
¿Si me roban mi bici que deje en la calle, quién tiene la culpa – el
ratero por deshonestidad o yo por estupidez?
No hay nada que
se compare con la sabiduría de Dios sino tal vez nuestra ignorancia. Él sabe todo y nosotros no sabemos nada. Pero eso no nos impide actuar como un
sabelotodo y arrogante. Juzgar a otros
es una forma de juzgar a Dios – un pecado muy grade.
Debes entender
que nadie realmente quiere dañarte. Esa
no es la intención ni aún los muy malos, mucho menos tu pareja o vecino. Lo que pasa es que están pensando en si
mismos y nadie más – tú no les importa.
Tú no eres tan importante – no alardees tanto. Los “malos” realmente están actuando de la
manera que ellos perciben es la más benéfica para ellos. Están equivocados y van a sufrir pero no
debemos unirnos a ellos por juzgándolos.
Aléjate de su sufrimiento teniendo comprensión y compasión como Dios nos
comprende y nos perdona.
La Tariqa Sufí Islámica Qadiri-Rifai
Ansariyya
No hay comentarios:
Publicar un comentario