El
que “corrompa y derrame sangre”
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari
“Y cuando tu Señor
dijo a los ángeles: «Voy a poner un sucesor (jalifa) en la tierra». Dijeron: «¿Vas a
poner en ella a quien corrompa en ella y derrame sangre, siendo así que
nosotros celebramos Tu alabanza y proclamamos Tu santidad?» Dijo: «Yo sé lo que
vosotros no sabéis».
Enseñó a Adán los
nombres de todos los seres y presentó éstos a los ángeles diciendo: «Informadme
de los nombres, si es verdad lo que decís».
Dijeron: «¡Gloria a
Ti! No sabemos más que lo que Tú nos has enseñado. Tú eres, ciertamente, el
Omnisciente, el Sabio».
Dijo: «¡Adán!
¡Infórmales de sus nombres!» Cuando les informó de sus nombres, dijo: «¿No os
he dicho que conozco lo oculto de los cielos y de la tierra y que sé lo que
mostráis lo que ocultáis?»” (Corán 2:30-33)
El hecho de que
Dios no es una persona y que no se puede tomar este ayat (versículo) del Corán
literalmente como sí hubiera pasado, lo hace aún más importante. Significa que Allah está explicado unas
realidades básicas de nuestra situación y estancia en la tierra.
Cuando Dios
informó a los ángeles que iba a crear seres humanos y ponerlos a cargo de la
tierra ellos exclamaron “¿Vas a poner en ella a quien corrompa en ella y derrame sangre?” ¿Cómo sabían que los seres humanos eran (somos) violentos? Sabían porque ha pasado muchas veces antes
tanto en la tierra como en un sinnúmero de otros lugares en el universo.
Escribí hace tiempo: “Este universo es orgánico, o sea, nada aparece
de la nada todo completo, las cosas evolucionan, crecen de una forma, como una
semilla brota un tallo, entonces flores, hojas y fruta, o un ser empieza de un
líquido y sigue un proceso de muchísimos cambios en el vientre de la
madre.
Así es la
naturaleza de todo, también, el alma del ser humano, Dios nos sacó de Su
esencia como una semilla que Él mandó a un viaje de desarrollo, una parte que
es estar aquí en la tierra y en estos cuerpos….”
Llegamos a este
lugar con almas incompletas para desarrollarnos, para logar el estado de ser
humano real, completo, el insan-i-kamil.
Este mundo no es ningún paraíso, es una escuela dura, “Y dijimos:
“«¡Descended! Seréis enemigos unos de otros.
La tierra será por un tiempo vuestra morada y lugar de disfrute».”
(Corán 2:36) ¿Dios está ordenándonos ser
enemigos unos de otros? No, pero sabe
que siendo seres en desarrollo todos estamos en diferentes niveles
espiritualmente, la mayoría de un nivel muy bajo, controlados por influencias
ajenas, inclinaciones heredadas y emociones negativas. Lee cualquier texto de la historia y verás
que la historia del mundo es la historia de guerras y conflictos. En este momento (2017) casi la mitad del
mundo está en guerra, pasando por conflictos graves o afectados por guerras en
otras partes. Aún en países “en paz”
estamos rodeados de delincuencia y corrupción.
Además todos hemos experimentado dificultades emocionales o materiales en
nuestras vidas. ¿Entonces? ¿Por qué Dios nos envió aquí? Primero debemos recordar constantemente lo
que dijo Dios, “por un tiempo”, estamos aquí por un tiempo, no es nuestro hogar,
estamos aquí de paso, y, ¡por razones!
Hay un plan, hay una razón por la que estamos aquí, hay trabajo que
hacer.
Dijo (Dios): «¡Adán! ¡Infórmales de sus
nombres!» Cuando les informó de sus nombres, dijo: «¿No os he dicho (a los
ángeles) que conozco lo oculto de los cielos y de la tierra y que sé lo que
mostráis lo que ocultáis?»”
Los nombres se refieren al conocimiento de
las realidades del universo, los nombres, los atributos, energías, poderes de
Dios de los que se compone la existencia.
Todo lo que existe es un aspecto de Dios, la Consciencia Cósmica. El universo en que vivimos está compuesto de
bytes de energía en forma de instrucciones o programaciones tal vez como las
súper-cuerdas de la ciencia cuántica.
Adán, en la conversación con los ángeles, sabía esa realidad mientras
ellos no, lo que muestra las potencialidades del ser humano, aún mejor que los
ángeles.
Pero, estamos muy lejos de lograr nuestras
potencialidades. Por eso estamos
aquí. Poca gente está consciente del
propósito de su vida y aún menos acepta el reto, el reto de desempeñar el
trabajo necesario para lograr la perfección que Dios quiere.
No podemos
cumplir nada sin la ayuda de Dios.
¿Dónde está Dios? Los nombres de
Allah, los bytes de energía, información programada, penetran a todo lo que
existe incluyéndonos, todo está dentro de nosotros. Podemos sentir a Dios, está en cada célula
del cuerpo. ¿Con qué debemos sentir,
estar consciente de Dios? Con la
mente. La mente es un tema muy grande, por
ahora, vamos a definirla como intensión/atención. Libre albedrío, la habilidad de tomar decisiones,
escoger entre opciones, es una parte primordial en nuestro trabajo de crecer
espiritualmente, es la clave de nuestra estancia aquí en la tierra.
Este mundo no es
como parece, nada es como parece. La
Verdad está oculta tras una fachada de percepciones cerebrales basadas en
miedos y deseos de la gente y esas percepciones han creado el mundo que vemos
normalmente. Nuestra tarea es distinguir
entre lo falso y lo real. Con prácticas
espirituales y decisiones basadas en conocimiento correcto hay la potencialidad
de ver, realmente ver, la Verdad.
El mundo está lleno
de sufrimiento. Podemos caer preso de los
altibajos de la vida y el ambiente o usar este mundo para avanzar
espiritualmente – ese es su verdadero propósito. Cuando levantas pesas la resistencia contra
los músculos es lo que crea fuerza y poder.
Resistir la negatividad de la vida es el método para crear energía
positiva y alimentar los sentidos internos y obtener la visión divina. Tener compasión y orar para que todo el mundo
supere sus problemas y sufrimiento es la forma más eficaz para reducir el poder
de egocentrismo que nos separa de la visión de la Realidad.
Consciencia y
acción. Tenemos que estar activos,
observando y guardándonos contra la entrada de negatividad en nuestro ser,
cuerpo, mente, emociones. La negatividad
es como oxidación, si dejamos de observar y resistir malos pensamientos y
emociones, algo como moho crece e invade todo, la oxidación ataca hasta el
cuerpo mismo y un estado de atrofia evita cualquier posibilidad de avance
espiritual.
Dios nos
penetra, está adentro pero cubierto, escondido.
Quita la mugre y experimenta Su presencia. (18/7/17)
La Tariqa
Sufí Ansariyya