domingo, 24 de enero de 2016

La conexión material/espiritual
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari
El Profeta (la paz sea con él) dijo, “Cuando una persona comete un pecado una mancha negra aparece en su corazón.  Si él o ella se arrepiente y pide perdón, eso pulirá el corazón pero si repite el pecado, la mancha crecerá hasta que cubre todo el corazón”.
Generalmente expresiones como la de arriba tanto de los hadices como en el Corán son están consideradas como metafóricas o simbólicas.  Pero, aunque el Corán contiene mucho simbolismo, lo que dijo el Profeta, esto de las machas es pura ciencia.  Es un ejemplo de porque es tan difícil entender mucho en el Corán y los hadices y hay tantos malentendidos, la manera de hablar y los significados de las palabras de hace 1400 o más años es diferentes de hoy.  Para la gente con quien el Profeta hablaba entendieron lo que dijo como realidades tangibles e información crítica a su desarrollo espiritual, su futuro tanto en la tierra como en la siguiente etapa de su vida eterna.
El corazón a que se refiere es al corazón del cuerpo energético, el cuerpo con que vamos a continuar nuestro viaje después de la muerte terrenal, cuando nos deshagamos de este cuerpo denso como cuando una serpiente cambia de piel.  Este cuerpo energético es parte del alma y también muy relacionado con el cuerpo físico.  Los pensamientos, emociones y acciones afectan los dos cuerpos, lo que pensamos y sentimos hace cambios positivos y/o negativos en el cuerpo físico que afecta nuestra vida ahora y también lo que pensamos, sentimos y hacemos produce cambios en el cuerpo energético que tiene consecuencias importantes en nuestra vida más adelante.
Un “pecado” es un error que cometemos que obstaculiza nuestro progreso espiritual, es una intensión o acto en contra de las leyes universales que no encaja con lo que es la realidad, en contra de la armonía entre nosotros y Dios o la Energía Suprema.  Estos actos, pensamientos o emociones forman bloqueos en los cuerpos físicos y energéticos que no permiten pasar energía divina, energía vital, que es necesario para la salud física y el crecimiento del cuerpo energético y alma.  Deja de pensar que un pecado es algo contra Dios como si Él fuera un anciano sentado en una nube castigando uno y otro por sus “pecados”, pensar así encoge tu cerebro y habilidad de ver y entender la realidad de este mundo y más allá.  Un pecado es igual que tratar de romper las leyes de la física, si te lanzas de un edificio de tres pisos sabes lo que va a pasar, si actúas contra las leyes morales las consecuencias son iguales, ciertas y automáticas.  Dios no castiga a nadie, nos castigamos nosotros mismos. 
Los errores pequeños tienen efectos cumulativos como dijo el Profeta (s.a.w.s), una mancha más otra más otra y así sucesivamente hasta que todo el corazón está enterrado y la guía divina no puede llegar a nuestra consciencia y el crecimiento del alma se estanca.  Como resultado llegaremos al Más Allá, a la siguiente etapa de nuestra vida, deformados y quién sabe cuál será el futuro.
Según los compañeros del Profeta, el Profeta no arroja sombra, no tenía sombra.  ¿Cómo es que el Profeta no tenía sombra, que en el sol su cuerpo no produjera sombra en el suelo o en ningún lugar?  Es porque el Profeta no tenía ego, su nafs estaba totalmente purificado.  Es un ejemplo además del estado espiritual del Profeta (la paz sea con él) eso muestra la conexión íntima entre lo físico o material y lo espiritual.  Cada pensamiento, emoción y acción está conectado a nuestra totalidad, nuestra vida terrenal y nuestro futuro espiritual.
Los errores no son sólo los “pecados” morales sino también todo lo que incumbe al ego, nuestra imagen de ser (la fantasía de quiénes somos), nuestras palabras y pensamientos negativos y más.  Todos dejan huellas tanto en el cuerpo físico como en el cuerpo energético.  Los errores de este tipo causan confusión energética en el cuerpo lo que conduce a enfermedades y espiritualmente tapan el fluido de energía divina.

La Tariqa Sufí Islámica Qadiri-Rifai Ansariyya

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