la inercia
Por Maestro Mohammad Abdullah Ansari
“Todo cuerpo persevera en su
estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a
cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.[]” Eso
es la primera ley de Newton – la ley de inercia.
Isaac Newton descubrió y
formuló esta ley para explicar el movimiento y comportamiento de objetos
físicos. Sin embargo esa ley aplica muy
bien al ser humano, su movimiento, comportamiento, emociones, cerebro y
mente. De hecho, nuestro viaje
espiritual también se conforma con leyes no tan diferentes de los de la física,
especialmente la física cuántica – como he dicho, la ciencia física es, en
realidad, una extensión de las leyes universales, o sea, espirituales.
La naturaleza de la existencia
en esta etapa de nuestra existencia y del mundo en que vivimos es
movimiento. Para encajar y aprovechar de
lo que este mundo nos ofrezca tenemos que estar en movimiento – al no mover, empezamos
a morir. (Hay movimiento que no es
visible y hay movimiento visible que no tiene vida – hablaremos de eso más
adelante)
Ahora todos deben entender que
este mundo tiene un propósito, el de conocer a Dios y el desarrollo del alma
que llegó aquí a la tierra incompleta.
Para hacer eso tenemos que estar activos, alertas y trabajadores. El mundo, así como todo lo demás, es una
forma u otra de energía, ondas de diferentes frecuencias y todo que hacemos
resuena con diferentes frecuencias que nos afectan de una multitud de maneras
positiva o negativamente.
Primero
hablamos del cuerpo y la salud. Hubo un
estudio en Estado Unidos de personas jubiladas que mostró que los jubilados que
no estaban ocupados con actividades (otro trabajo, hobby o deportes), promedio
murieron dentro de los cinco años después de su retiro. Un dicho chino dice, “Las bisagras de la
puerta que no se usan, se oxidan”. Las
personas grandes que no hacen ejercicio o no son muy activas, empiezan a
desarrollar dolores en sus articulaciones (sus bisagras empiezan a
oxidarse). De igual forma, el cerebro no
usado empieza a morir – literalmente las células cerebrales se mueren (no es
por edad sino por falta de uso).
Regresando a
la inercia: vemos una conexión o similitud entre la inercia y los hábitos. El ser humano es una creatura de hábitos. El cuerpo, el cerebro y las emociones
desarrollan hábitos fácilmente por pocas repeticiones de una actividad (o
manera de pensar). Nuestra vida es una
cadena de hábitos, o sea, acciones repetidas.
Muchos de esos hábitos son buenos, sin ciertos hábitos tendríamos que
pensar en cada movimiento que hacemos todo el día – salir de la cama, vestirse,
lavarse los dientes, hacer el café – por pensar en cada movimiento no cumpliríamos
casi nada. Pero el hábito además de
aliviarnos de pensar en cada cosa, también significa, como ya dije, no pensar, y
actividades habituales hechos automáticamente, sin pensar, inconscientemente,
es una forma de dormir. Así que los
hábitos son necesarios hasta un punto pero sumamente perjudiciales a nuestro
desarrollo espiritual cuando pasan su punto beneficioso. Por esa razón la práctica sufí de viajar, mudarse
y buscar cambios – hacer las cosas de diferentes maneras y evitar hábitos. Aunque no me creas, los hábitos además de
adormecer el cerebro y disminuir la consciencia, afectan adversamente al cuerpo
físico así como al cuerpo energético. Si
estuvieras observándote a ti mismo, especialmente las emociones y sensaciones
físicas, te percatarías de ciertas sensaciones negativas, como encogimiento,
pesadez, como si algo estuviera echando a perder, cuando se desarrollan
patrones habituales excesivas en tu vida (bueno, todos experimentan la cosas un
poco diferentes, pero obsérvate (¿sentírate?), trata de sentir y evaluar las
sensaciones corporales sutiles. Realmente
el cuerpo empieza a echarse a perder, nuestras ganas de hacer y mover empiezan
a disminuir gradualmente y furtivamente hasta que empezamos a enfermarnos. Paralela con esos sucesos físicos la ley de
inercia nos afecta emocionalmente tanto que no queremos cambiar nada, el nivel
de energía baja tanto que no tenemos suficiente para ni buscar soluciones o, en
caso de la mayoría de la gente, ni se da cuenta que hay un problema.
Los hábitos,
buenos y malos, hacen ranuras en el cuerpo energético (contamos con varios
cuerpos – en este caso me refiero al cuerpo de patrones que tanto influencia al
cuerpo físico como está influenciado por nuestro comportamiento, el cuerpo
físico y energético patronal se afectan mutuamente – que crea un círculo
vicioso o virtuoso). Esas ranuras son la
programación que guía el cuerpo físico incluyendo el cerebro.
La única
salida de esta declinación fatal es recurrir al intelecto – el intelecto y la
fuerza de voluntad. Como dije arriba,
debemos pasar tiempo pensando y evaluando nuestra situación y los motivos e
inclinaciones que tenemos y hacer un plan de acción (o rendirnos y seguimos
hacia abajo). Pero, hay un problema como
hemos hablado… la fuerza, la energía, la motivación. Primero te digo si realmente inviertas el
tiempo en contemplación, evaluando todo como he explicado en la primer parte de
esta serie…
“La cuestión es ¿qué tan grande es tu deseo
de lograr la meta? Todavía no encuentras
la energía necesaria para hacer las prácticas así que allí empezamos –
contemplación. Siéntate en forma de
meditación, calibra un reloj regresivo (timer) a 15 ó 20 minutos, plantea la
pregunta (¿creo, quiero…?), trata de dejar de pensar al principio pero después
de unos minutos deja surgir los pensamientos y sólo obsérvalos de forma indiferente. Haz esa contemplación todos los días hasta
que recibas indicaciones o instrucciones concretas.”
…encontrarás más energía y ganas. Acción seguida, necesitamos parar el proceso
de estancamiento y pudrimiento físico/emocional que está paralizando el
movimiento, la marcha adelante.
Como es
mencionado arriba, el movimiento y cambio son la naturaleza de este mundo, el
estancamiento es la muerte. Sabes que
cada día miles de millones de las células de tu cuerpo mueren y son reemplazadas
por otras. Después de un tiempo
determinado el cuerpo se transforma por completo, de hecho cada día el cuerpo
no es el mismo que el día anterior (incluyendo el cerebro). Si es así, ¿dónde está la programación tanto
innata (ADN) como desarrollada que hace tú, tú (que te hace quién eres)? No somos el cuerpo, todo lo material es movido
por realidades, entidades, no materiales.
Los cuerpos energéticos, la consciencia (la mente), el corazón
espiritual y el intelecto.
Si quieres
vivir tienes que moverte. Para despertar
la energía y recuperar la motivación de moverte y regresar o quédate en el
camino hacia la realización, el camino hacia Dios, (después de la contemplación
arriba mencionada) haz cambios, rompe hábitos, haz ejercicio, cambia tu
horario, reacomodar los muebles, cambia la ruta a tu trabajo, cambia de dieta,
deja de ver tu programa favorito de televisión, cambia de manera de vestir,
caminar sin rumbo por áreas nuevas, haz cosas que no te gusta hacer… bueno, la
lista no tiene fin – deja de hacer o cambia la manera en que haces lo que haces
habitualmente y verás un mundo nuevo.
Recuerda que
tu cuerpo es la conexión. A través del
cuerpo hacemos la conexión con el universo y la Energía Suprema. El cuerpo es una herramienta que suministra
información importante para nuestro desarrollo espiritual y avisos importantes
que, si prestamos atención, pueden ayudarnos evitar muchas dificultades en la
vida y en el camino espiritual.
Continuamos con unos
ejercicios, inshallah
La Tariqa Sufí Islamica
Qadiri-Rifai Ansariyya
mojamadabdula@gmail.com
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