martes, 26 de enero de 2016

“…Hagamos al hombre a nuestra imagen…”
Por Sheij Mohammad Abdullah Ansari

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. (Biblia, Génesis 1:26)

Tu Señor dijo a los ángeles: “Voy a poner en la tierra a alguien que ha de heredarla.”
Dijeron: “¿Vas a poner en ella a alguien que extenderá la corrupción en ella y la corromperá -- mientras que nosotros proclamamos Tu gloria infinita, Te alabamos y santificamos Tu nombre?”
[Dios] respondió: “Ciertamente, Yo sé lo que vosotros no sabéis.”
Y enseñó a Adán los nombres de todas las cosas; luego se las mostró a los ángeles y les dijo: “Decidme los nombres de estas [cosas], si es verdad lo que decís.”
Dijeron: ”¡Gloria a Ti! No tenemos más conocimiento que el que Tú nos has impartido.
Ciertamente, sólo Tú eres omnisciente, sabio.”
Dijo: “¡Oh Adán! Infórmales de los nombres de estas [cosas].”
Y cuando [Adán] les hubo informado de sus nombres, [Dios] dijo: “¿No os dije: ‘Ciertamente, sólo Yo conozco la realidad oculta de los cielos y de la tierra, y conozco todo lo que ponéis de manifiesto y todo lo que ocultáis’?” (Corán 2:30-33)

En el libro del Zohar, Rabbi Simón ben Yohay dice, “Lastima los que dicen que el Torá (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, los libros de Moisés) contiene cuentos literales.  Las historias en el Torá son la ropa del Torá y ellos que piensan que la ropa es el Torá verdadero y no hay nada más serán condenados y no tendrán nada en el siguiente mundo.”  (El libro del Zohar es el libro más importante de la Cábala, la rama mística del Judaísmo y el predecesor al Sufismo, los son portadores del conocimiento perenne.)
El Torá literal con sus historias y decretos, si tomados literalmente, no contienen nada que nos ayude a reconocer o conocer nuestro Creador.  Aún más, hay decretos y leyes en eso que la razón y lógica no toleran. 
Cualquier persona que ha leído o intentado leer el Antiguo Testamento seguramente se ha asustado y/o incrédula por los acontecimientos descritos.  Además de sucesos difíciles creer hay mucha violencia y situaciones que parecen no tener nada que ver con lo espiritual.  Sin embargo el Torá así como los otros libros sagrados está lleno de sabiduría ocultada detrás simbolismo y alegoría.  El Torá es muy profundo pero para entenderlo o tiene que leerlo en su idioma original (Hebreo) y estudiar la ciencia mística de ese idioma que es en realidad un código espiritual, leer las interpretaciones en el Zohar y otros libros de la Cábala o meditar y hacer prácticas espirituales para descifrar el contenido escondido detrás de la “ropa” literal.
Como el Antiguo Testamento, nosotros también somos recipientes de conocimiento enterrado, cubierto de vestidura engañosa.  El ego y nuestra imagen de ser, nuestra idea de quienes somos, nuestros deseos materiales, miedos y nuestro concepto de auto-importancia, nos ciegan de nuestra realidad como chispas de la esencia divina, nuestra realidad como “imágenes de Dios”.  En este momento estamos muy lejos de esta realidad pero esa es la mera razón por la que Dios nos envió a la tierra, nuestro propósito en esta vida es la realización, descubrir y poner en acción nuestra divinidad oculta.  Los nombres que Dios enseñó a Adán eran los infinitos atributos de Dios mismo (los 99 nombres en el Corán así como otros tantos) y la “nuestra imagen” de Génesis representan el potencial que todo tenemos de “Sé perfecto como tu Padre en el Cielo” (Mateo 5:48)
Nada de eso sucede automáticamente y nadie puede hacerlo por ti (o por mí), hay trabajo para hacer.  No hay otra razón por la que estamos aquí, así que debe ser nuestra prioridad.

La Tariqa Sufí Islámica Qadiri-Rifai Ansariyya
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